viernes, 20 de septiembre de 2013

ESPIRITUALIDAD Y ACTIVISMO DE LA MANO (Segunda Parte)


ENTREVISTA A STARHAWK

I. PAGANISMO Y RELIGIÓN DE LA DIOSA


1. Me gustaría saber si el paganismo y la religión de la Diosa son lo mismo, o si están relacionados.
El paganismo y la religión de la Diosa se pueden solapar. ‘Paganismo’ viene del latín ‘paganus, que significaba ‘campesino’, ‘hombre del campo’. Son las gentes que mantuvieron las viejas maneras, las antiguas tradiciones, después de que apareciesen el cristianismo y el judaísmo. Algunas de estas tradiciones estaban centradas en la Diosa y otras tenían muchas diosas y muchos dioses. No todos los paganos tienen la religión de la Diosa, pero probablemente todos los que sigan la religión de la Diosa sean paganos.

2. Este paganismo, ¿dónde se encontraba?

Las raíces de los que actualmente nos consideramos paganos estaban en Europa y en el Medio Este, pero en todo el mundo había culturas que vivían en contacto con la tierra. La espiritualidad de estas culturas estaba basada en la interrelación con la tierra.

3. ¿Por qué poner sexo a Dios? ¿Cuáles características de la Diosa en relación o en oposición con las de Dios?

En un sentido amplio está claro que Dios o la Diosa no tienen sexo, sino que incluye a ambos. Pero durante miles de años de religiosidad, a la vez que se decía que Dios no tenía forma ni tenía sexo, invariablemente ha sido nombrado como ‘Él’. Y los líderes religiosos siempre han sido hombres, hasta hace muy poco. La idea de Dios es como que se halla en algún sitio fuera del mundo, en el Cielo, creando el mundo, el cual es algo separado de Dios mismo. Cuando empiezas a decir ‘Diosa’ empiezas a percibirlo de otra manera; te das cuenta de que este mundo es, en sí mismo, el cuerpo de la Diosa. La Diosa es inmanente al mundo; no está fuera.

Es como si todos nosotros, y todos los seres vivientes, fuésemos células de su cuerpo. Y el planeta mismo sería otra célula dentro de un cuerpo mayor, el Cosmos. Creo que hay muchas otras religiones, religiones del Este, que manejan conceptos similares. Hay muchos aspectos relacionados con la Diosa, que tienen que ver con distintas constelaciones de energías, de fuerzas, de poderes.

Trabajamos con estos distintos aspectos, y es como si cada uno de ellos fuera una puerta para entrar en distintos tipos de experiencia. Son distintas maneras de acercarse a la Unidad, a algo que va más allá de lo que nuestras mentes pueden percibir.

4. ¿A qué se refiere exactamente cuando habla de ‘diferentes aspectos’ relacionados con la Diosa?


Hay diferentes nombres para distintas Diosas; puedes meditar en Tara, o en Atenea, o en Afrodita, o en Kali… Según la Diosa puedes tener distintos tipos de experiencias, porque evocas tipos de energías diferentes. Es una experiencia interna que a la vez corresponde con constelaciones de fuerzas que nos rodean, que están presentes.

5. ¿Predominan las mujeres dentro de la religión de la Diosa? ¿Se sienten cómodos los hombres dentro de este culto?

Ciertamente el paganismo cuenta con más mujeres que hombres, pero esto ocurre también en otras religiones y formas de desarrollo personal. De cualquier modo contamos con muchos hombres en la religión de la Diosa y el paganismo. Los hombres que se sienten seguros de sí mismos y seguros como hombres se sienten muy cómodos e implicados en la religión de la Diosa.

6. ¿Cómo puede la cosmología basada en la Diosa hacer que las cosas vayan mejor en el mundo por oposición a la otra cosmología?

Uno de los regalos que las tradiciones de la Diosa pueden dar al mundo es sanar el corte, la división entre Espíritu y Naturaleza. Esta división es lo que subyace en todas las cosas horribles que estamos haciendo a la Naturaleza. Cuando no consideramos la Naturaleza como una manifestación del Espíritu la convertimos en algo que podemos explotar.

Cuando empezamos a curar este corte, a entender que el Espíritu está presente en la Naturaleza, también empezamos a comprender que nosotros formamos parte de este mundo natural y que tenemos un papel a jugar en su curación.

II. ALTERNATIVAS

7. ¿Cuál es el mensaje que hoy está más interesada en difundir?


Hacer que la gente comprenda que estamos enfrentados a la urgencia real de sanar la Tierra a raíz del cambio climático. La solución no es decir que nos ocuparemos de ello más adelante. Estamos frente a unos tiempos de grandes cambios y desafíos.

Hacemos una llamada a cambiar realmente nuestra tecnología, nuestra economía, nuestros sistemas de energía, nuestros sistemas de alimentación…, y a hacerlo muy rápidamente; en un plazo de diez o veinte años. Para hacerlo ante todo necesitamos esperanza, saber que es posible y que tenemos las soluciones que requerimos. Y debemos hacer los cambios en profunda conexión con el mundo natural. Tenemos que curar la brecha abierta entre la espiritualidad y la naturaleza. Si lo conseguimos viviremos de una manera más equilibrada, más saludable, más hermosa y por supuesto más justa que como estamos viviendo hoy.


8. ¿Qué recomendaciones prácticas le gustaría poner de relieve en relación con estos retos?

Elaboré una lista simplemente enumerando las cosas concretas que se pueden hacer y dicha lista me llenó diecisiete páginas. Básicamente necesitamos basar los sistemas de generación eléctrica en ENERGÍAS RENOVABLES SEGURAS.

También necesitamos que los sistemas de producción de alimentos estén basados en la PRODUCCIÓN LOCAL. Hay que desglobalizar la producción industrial y hacerla más local, y que sus actividades sean responsables frente a las comunidades y los lugares. Dicha industria debe elaborar productos que realmente se necesiten, en lugar de productos basados en falsas necesidades. Y no podemos permitirnos ir moviendo las mercancías por el mundo usando combustibles fósiles.

También tenemos que hacer que el suelo actúe como secuestrador de carbono… Al final, lo que tenemos que CAMBIAR SON LOS OBJETIVOS Y ASPIRACIONES que tenemos como cultura; erradicar la idea de que el éxito consiste en tener más y más cosas.


9. ¿Cómo definiría usted la civilización occidental en la que estamos?

A Gandhi también le preguntaron qué le parecía la civilización occidental, y respondió: “Creo que sería una gran idea”. Vivimos en una cultura que cada vez es más global, que nos ha dado muchos regalos, pero que está muy basada en los objetos.

Muchas tradiciones espirituales, y recientemente el ecologismo, nos dicen que no podemos basarnos en la adquisición de más y más cosas. Tenemos que pasar a una cultura más basada en las relaciones que en los objetos. Las relaciones entre nosotros, con nosotros mismos, y también con lo que nos rodea.

Tenemos que darnos cuenta de que TODAS LAS COSAS ESTÁN RELACIONADAS, entre sí y con nosotros. Y debemos tenerlas en consideración en lo que hacemos. Así podremos crear una forma de vida que no las agreda. Pero si continuamos tratando la Naturaleza como objetos que podemos explotar, si consideramos que no tiene valor en sí misma, nos dirigiremos hacia una catástrofe medioambiental masiva.

10. ¿Tienen los paganos algún posicionamiento político?

No como movimiento, pero muchos sí que están posicionados a título individual. Muchos paganos dieron su apoyo a Obama. Estas elecciones norteamericanas eran muy importantes para los paganos, especialmente porque la republicana Sarah Palin está implicada en grupos fundamentalistas cristianos que perseguían la brujería en África.

Estos grupos han hecho cosas horribles; han pretendido exorcizar a niños presuntamente poseídos por el Demonio, con lo cual los han maltratado, los han abandonado… Son fanáticos que no creo que representen en modo alguno a la cristiandad. Los paganos han participado en movilizaciones colectivas contra la guerra, contra el Fondo Monetario Internacional, contra la Organización Mundial del Comercio… Hemos llevado a estas manifestaciones la práctica de la resistencia no violenta y el ritual.

11. Entonces, ¿ser pagano implica ser activista?

Hay muchos paganos que no son activistas, pero para mí es algo que sí que está relacionado. Porque si crees que la naturaleza es sagrada y que cada ser humano también lo es tienes que hacer algo para proteger la naturaleza y cuidar de los otros seres vivos. Y hay muchas formas de activismo. Algunas consisten en oponerse a actividades y proyectos nocivos, a las injusticias. Otras son positivas y consisten en crear alternativas, construir comunidades alternativas que provean a las personas de los servicios y las cosas que necesitan.

Ambas formas de activismo son necesarias. La oposición, el ‘no’, es mucho más fuerte si tenemos claro a qué estamos diciendo ‘sí’. Si se crean comunidades que sean modelos de otra manera de hacer, y hay muchas ya por el mundo, tendremos argumentos más fuertes para oponernos a las prácticas y las vías destructivas.

También es importante demostrar que estas alternativas pueden tener la cualidad de la belleza; no se trata de retirarse a vivir en un lugar frío y poco acogedor. Además, queremos mostrar a las personas que pueden vivir mejor si tienen la capacidad de cuidar de sus relaciones.

12. Usted vive en comunidad, ¿verdad?
Yo vivo en una casa colectiva con siete personas más. Estamos viviendo allí desde hace más de 20 años. Empezamos siendo un grupo de paganos y activistas políticos que optamos por vivir colectivamente para compartir recursos; así a la vez teníamos compañía y un sentido de familia.

No trabajamos en conjunto, sino que cada uno de nosotros tiene su trabajo. Pero la mayor parte estamos implicados en el colectivo Reclaiming, que es una red mundial de enseñanza y práctica espiritual. Tenemos una sala en la parte alta de la casa que está con frecuencia disponible para hacer clases y talleres. A lo largo de los años hemos hecho muchas cosas. También estoy en contacto con muchas comunidades en red, con las que llevamos a cabo trabajos colectivos.

13. ¿Qué nos puede contar de las comunidades como modelos de vida?

Las comunidades han pasado por diferentes fases. En los años 70 había muchas, en los 90 hubo mucho menos interés… Ahora este interés se ha revitalizado, especialmente por parte de gente joven, procedente de movimientos ecologistas, de movimientos de permacultura… Se trata de comunidades intencionales.

Es interesante ver la experiencia de estas distintas comunidades: cómo se organizan, cómo gestionan sus conflictos, los problemas surgidos a raíz de la personalidad de los miembros… Es fácil construir un jardín orgánico, o una hermosa casa natural. Lo realmente duro es encontrar LA MANERA DE CONVIVIR en estos espacios con otras personas. Probablemente mi próximo libro va a tratar el tema del proceso de grupo y la dinámica de grupo que se da en comunidades. Muchos grupos necesitan esta información desesperadamente.

14. ¿Hay algún modelo de comunidad en el que crea especialmente?

No creo que haya un modelo que puedas aplicar; cada grupo tiene que construir su propio modelo, según sus características. Últimamente en Estados Unidos está proliferando un modelo que no consiste en vivir colectivamente, el cual se llama ‘cohousing’: la gente vive en pequeñas casitas pero hay espacios comunes donde se comparten comidas y recursos.

Para muchas personas este modelo es mucho más fácil que el de intentar vivir todos juntos en la misma casa. Porque es difícil encontrar una casa que sea lo suficientemente grande como para darte el grado suficiente de intimidad y de espacio.

La mayoría de nosotros hemos estado educados en un modelo que valora la privacidad. También he encontrado comunidades de mucho éxito consistentes en personas que han comprado casas en una ciudad juntas o muy próximas. Pueden trabajar conjuntamente sus jardines, cultivar comida para autoabastecimiento y compartir muchos recursos. Creo que esto funciona muy bien.

15. Así pues las comunidades no están extendidas solo en el ámbito rural…

No; mi casa por ejemplo está en la ciudad. Creo que es muy importante que la gente construya comunidades en las ciudades. Porque no todo el mundo se va a trasladar al campo. Necesitamos que se generen recursos alimenticios dentro de la propia ciudad y hacer las ciudades más ecológicas. La solución ecológica no es que todos nos vayamos al campo. Hay muchas personas que se van a vivir al campo y luego se dan cuenta de que tienen que ir a todas partes conduciendo…

III. ESPIRITUALIDAD Y ECOLOGÍA

16. ¿Qué piensa del ecologismo si está desvinculado de la espiritualidad?
Ciertamente muchas personas que están implicadas en movimientos ecologistas no hablan de espiritualidad e incluso se sienten incómodas ante este tema. Quizá vienen de un entorno más científico, o más político, que les hace tener una desconfianza. Pero creo que cualquier cosa que hagamos es más efectiva si tenemos en cuenta la parte espiritual y no solo la parte práctica.

Me he encontrado con muchos activistas políticos que no han estado interesados en hacer algo espiritual hasta que ha acontecido algo realmente grave. Hasta que no han entrado en contacto con temas verdaderamente duros que han tenido que ver con la vida y con la muerte no se han empezado a plantear este aspecto. En esos momentos se han dado cuenta de que como seres humanos necesitamos maneras de compartir experiencias a un nivel más profundo que no sea solo sentándonos y hablando.

Necesitamos maneras de contemplar estas grandes preguntas que atañen al sentido de la vida. Si no nos planteamos estas cuestiones, cuando reflexionamos sobre cómo queremos cambiar el mundo este tipo de tareas se convierten en algo decepcionante, que inciden solo en un nivel superficial.

Entonces el activista lo es durante un año o dos, hasta que se decepciona y dirige su atención a otra cosa.

Si crees que toda tu vida está dedicada a hacer de este mundo un lugar mejor necesitas maneras de sostenerte a ti mismo. Si tienes esto, ello hará que seas más efectivo en tu activismo.

A la vez, tu vida espiritual es mucho más rica si está enraizada en tu trabajo, en tus actividades, en lo que sucede en el mundo. Porque las cosas que vivas como activista serán desafíos muy útiles para tu crecimiento espiritual.





17. ¿Alguna experiencia personal que pueda ilustrar esta relación entre espiritualidad y activismo?

Una de las experiencias espirituales más profundas que he tenido fue cuando fui a Palestina, como voluntaria con un grupo que se llamaba Movimiento de Solidaridad Internacional, el cual apoya la resistencia no violenta entre los palestinos. Para mí, que vengo de familia judía, fue un largo proceso decidir cruzar la línea hacia el lado oeste.

Aunque yo sabía que iba allí para apoyar ese movimiento, todo lo que había escuchado, lo que había leído, era que esa gente me iba a odiar y a matar. Así pues tuve que enfrentar muchos miedos: miedo a ser matada, arrestada, herida… Y efectivamente hubo momentos en que se nos disparó, en que tuvimos que pasar al lado de los tanques, en que tuvimos que intervenir con los soldados…

Pero mi cambio más profundo vino cuando entré en contacto con la comunidad palestina y me sentí afectada por ellos, cuando tuve la oportunidad de








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